Sin pretenderlo, acabé el recorrido cuando faltaban un par de minutos para las 12 del mediodía. En uno de los edificios vi un reloj rodeado de campanillas; me encantó y le hice una foto. Emprendí la marcha de vuelta a la estación pero, para mi sorpresa, cuando había recorrido la mitad de la calle empecé a oír que tocaban unas campanillas. Enseguida me acordé de los ángeles que nos acompañan siempre. Me volví y eran las campanillas del reloj que estaban tocando las 12 como se puede observar en el video, y justo debajo del reloj se abrieron las puertecitas y salieron unas figuritas (no sé por qué creí que era un nacimiento). También se puede comprobar que me acerco corriendo y por eso se mueve tanto el video. Fue una experiencia maravillosa. Me esperé hasta la 1 para verlo salir otra vez, pero sólo lo oí tocar (por lo visto sólo se abre a las 12). Me sentí muy afortunada y dando las gracias al Universo fui de camino a la estación a coger el tren que me llevaría a mi siguiente parada Sevilla.